A Blurry Aftertaste

“La casa debe ser el estuche de la vida, la máquina de la felicidad” Le Corbusier

 

Vivimos en una cotidianidad tan globalizada que nuestras casas son cada vez menos nuestras y más de internet. Esa necesidad de movernos dentro de un espacio que se convierte en nuestro doméstico y de permanecer en la constante zona de confort es un continuo en “A Blurry Aftertaste” donde Eleonora Agostini, narra a través de la fotografía, la performance y la escultura como vivir el hogar a través de gestos diarios provenientes de memorias generan nuevos escenarios de intersección. Ese espacio familiar en el que Agostini proyecta sus fotografías, donde tanto los objetos como las personas se encuentran en un constante balanceo desafían la gravedad de los movimientos y los escenarios. Construyendo nuevos entornos visuales que nos trasladan esos juegos domésticos que dejan de ser movimientos cotidianos para convertirse en escenográficos.

Eleonora Agostini cambia entre fotografía, imagen en movimiento, performance y escultura, explorando y analizando la construcción de identidades y comportamientos personales. Su trabajo está fuertemente conectado con la experiencia de nuestro entorno y le interesa encontrar una posible fractura dentro de nuestras reglas construidas socialmente y los espacios que habitamos. A través del estudio de estructuras preconcebidas, ya sean físicas o psicológicas, Eleonora tiene como objetivo investigar las dificultades de cómo se construye la experiencia humana.

 

Ella está interesada en la acción psicológica de la recreación utilizada como una herramienta para investigar y obtener una visión de la vida: recreando y reimaginando viejos recuerdos y experiencias pasadas como una forma de desarrollar y observar nuestras historias personales. Eleonora se refiere a lo cotidiano como un espacio lleno de potencial y posibilidades de búsqueda, incorporando objetos y actividades ordinarias dentro de sus imágenes para expresar y navegar sus diferentes capas y significados. El humor y el absurdo se utilizan como recipientes para el descubrimiento de nuevos significados dentro de lo mundano y para transformar un espacio ordinario en un lugar de experimentación.